martes, 9 de junio de 2015

Como la letra de esa canción que hablaba de algo "más allá de ti y de mi"

Creo que ya no sé escribir si no es a ti.
Porque hace tiempo que toda mi vida gira entorno a lo que podíamos haber sido y ya nunca seremos. Y es que por mucho que me esfuerce nunca voy a sanarme de ti, nunca voy a superarte. 
Y créeme, que a veces sí quiero.
Pero al final siempre tengo que admitir que eres el dolor más jodidamente hermoso que he sentido nunca. El más adictivo, el más real. 
Porque existe una belleza inexplicable en el dolor de recordarte.
Lo efímero de verte reflejado en los ojos de muchos e imaginar una realidad paralela por un segundo. 
Y es que a veces creo que me estoy volviendo loca sin ti, aunque ya nadie se de cuenta de mi falta de cordura. Después del primero, viene el dos y el tres. Y casi estamos llegando a ese punto de no retorno. Queda muy poco para volver a ese momento en el que pudo haber sido, pero no llegó a ser. 
Y necesito escapar de aquí, como lo hice entonces. 
Pero no puedo.
Algunos momentos queman. Algunas decisiones atormentan. Y algunas situaciones enloquecen y cambian para siempre. La transformación hacia ninguna parte. El vacío y la desesperación que siempre acaban llegando y abrazando tan fuerte que apenas puedes respirar.
Devuélveme el aire, quiero volver a ser viento.
Pero no quiero soltarte. Nunca podré hacerlo.
Aunque pasar por ese lugar casi a diario se esté convirtiendo en una de las mayores torturas que he sentido aún después de tanto tiempo. 
Aunque parezca que ahora me dueles más que nunca.
Yo ya no sé ser sin sentirte. Sin el dolor con el que vienes incluido.
Ni aunque el océano entero salga de entre mis pestañas dejaré de quererte.
Aunque nadie más que tú y yo entendamos tantas palabras sin sentido...
... volveré a ti cuando ambos seamos etéreos.